El futuro de la cerveza en juego por el cambio climático
La cerveza, la tercera bebida más consumida en el mundo enfrenta una amarga realidad debido a la disminución de lúpulo.
La cerveza, la tercera bebida más consumida globalmente después del agua y el té, enfrenta un desafío existencial mientras las emisiones de gases de efecto invernadero aumentan y alteran los patrones climáticos.
La demanda creciente de lúpulo de alta calidad, impulsada por la popularidad de las cervezas artesanales, choca con la realidad de que las condiciones climáticas adversas están reduciendo la producción de este ingrediente clave, afectando así el sabor y el costo de la bebida.
Un estudio publicado en la revista Nature Communications revela que las flores de lúpulo, responsables del característico sabor amargo de la cerveza, están disminuyendo en cantidad en las áreas clave de cultivo. Entre 1971 y 2018, la producción de lúpulo europeo experimentó una caída del 20%, y se pronostica que disminuirá entre un 4% y un 18% adicional para 2050 si los agricultores no se adaptan a un clima más cálido y seco.
Los coautores del estudio advierten que la falta de adaptación de los agricultores al cambio climático podría poner en peligro la rentabilidad del cultivo del lúpulo en algunas zonas, lo que resultaría en una menor producción y precios más altos para los cerveceros.
A pesar de los esfuerzos actuales, como el traslado de cosechas a mayores alturas y la instalación de sistemas de riego modernos, se anticipa que se necesitará una inversión considerable y una expansión drástica de las áreas de cultivo para mantener los niveles actuales de producción y calidad. del lúpulo. La cerveza, una piedra angular de la cultura europea, se enfrenta así a un futuro incierto y más amargo.