Vacuna contra el COVID-19, ahora de una sola dosis y sin efectos secundarios

En la lucha contra la COVID-19, las últimas vacunas desarrolladas por Pfizer-BioNTech y Moderna han marcado un hito al presentar un enfoque simplificado: un único pinchazo. Aprobada recientemente por la FDA de EE. UU. y las autoridades europeas, esta nueva vacuna llega en un momento crítico, cuando la última cepa del virus está generando un preocupante aumento de casos y hospitalizaciones en Estados Unidos y Europa.

Este avance marca un cambio significativo hacia un escenario en el que las vacunas actualizadas, similares a las dosis anuales contra la gripe, podrían convertirse en la norma, eliminando gradualmente la noción de "refuerzos". Schaffner compara este proceso con la larga historia de actualizaciones anuales de las vacunas contra la gripe, adaptándose a nuevas variantes a lo largo del tiempo.

En la eterna disputa entre la "inmunidad natural" y la vacunación, las cifras respaldan la seguridad y eficacia de las vacunas. A pesar de la persistente creencia en la inmunidad post infección, datos recientes indican que la inmunización es mucho más segura que la infección.

Mientras se acumulan más de 600 millones de dosis seguras en Estados Unidos y más de 12 000 millones en todo el mundo, los CDC subrayan que la vacunación sigue siendo la mejor defensa contra síntomas persistentes, enfermedades crónicas y hospitalización.

La nueva vacuna, diseñada específicamente para abordar las últimas subvariantes de la cepa ómicron, se presenta como una medida esencial. Las autoridades estadounidenses recomiendan que cualquier persona mayor de seis meses reciba esta nueva inmunización anual, destacando su importancia para adultos mayores y personas inmunocomprometidas.

Aunque existe cierta discrepancia sobre el momento óptimo para recibirla, expertos concuerdan en que la nueva vacuna reduce drásticamente el riesgo de enfermedad grave, hospitalización y muerte. Además, se puede administrar simultáneamente con la vacuna contra la influenza, según los CDC y expertos, siempre y cuando no se hayan experimentado respuestas adversas en el pasado.