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La ciencia avanza hacia el borrado de recuerdos

La neurociencia explora métodos para borrar o modificar recuerdos traumáticos, abriendo nuevas posibilidades en la salud mental.

La ciencia avanza hacia el borrado de recuerdos
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La posibilidad de eliminar recuerdos traumáticos, antes exclusiva de la ciencia ficción, está cerca de ser una realidad gracias a la neurociencia. Inspirada por conceptos presentados en películas como Eterno resplandor de una mente sin recuerdos , la ciencia ha comenzado a desarrollar técnicas para alterar o borrar memorias específicas. Estos métodos, aún en fase experimental, buscan aliviar el dolor emocional asociado con recuerdos difíciles.

Una de las herramientas más prometedoras es el Decoded Neurofeedback (DecNef), un procedimiento que combina resonancia magnética y algoritmos de inteligencia artificial. Este método entrena al cerebro para reinterpretar recuerdos negativos desde una perspectiva neutral, reduciendo su impacto emocional. Repetir esta práctica puede disminuir significativamente el peso de emociones como el miedo, el dolor o la tristeza.

Otro avance innovador es la optogenética, una técnica que emplea impulsos de luz para activar o desactivar neuronas específicas en el cerebro. En estudios con ratones, esta herramienta ha demostrado la capacidad de "apagar" recuerdos de miedo, abriendo la posibilidad de tratar trastornos como el estrés postraumático en humanos. Aunque prometedora, esta técnica aún se encuentra en etapas iniciales y no está disponible para uso clínico.

Si bien estas tecnologías ofrecen un enorme potencial para mejorar la salud mental, también plantean importantes dilemas éticos. Los recuerdos son una parte fundamental de la identidad, y manipularlos podría alterar quiénes somos. Además, surge la pregunta de quién debería decidir qué memorias modificar y bajo qué condiciones. Regular estas prácticas será crucial para evitar abusos y garantizar su uso responsable.

A pesar de los desafíos, estos avances marcan el inicio de una era en la que modificar o eliminar recuerdos podría convertirse en una herramienta terapéutica revolucionaria. Por ahora, la ciencia continúa explorando el vasto terreno del cerebro humano, prometiendo nuevas soluciones para problemas emocionales complejos.