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Tercer día de protestas en la marcha de Evo Morales en Bolivia

La movilización se dirige hacia Patacamaya, mientras crecen las demandas de detención del exmandatario.

Tercer día de protestas en la marcha de Evo Morales en Bolivia
Tercer día de protestas en la marcha de Evo Morales en Bolivia

Este jueves comenzó el tercer tramo de la marcha convocada por Evo Morales en Bolivia, que se dirige hacia Patacamaya desde la localidad de Lahuachaca. La movilización, liderada por el expresidente del Movimiento Al Socialismo (MAS), busca protestar contra el Gobierno de Luis Arce y exigir acciones frente a la crisis económica, además de evitar la inhabilitación de Morales como candidato presidencial para 2025. La columna de manifestantes recorrerá aproximadamente 200 kilómetros y se espera que llegue a la sede de Gobierno el 23 de septiembre.

El miércoles, Morales había anunciado su retiro de la protesta para evitar que el Gobierno interpretara la marcha como un movimiento personal. A su salida de Panduro, el exmandatario destacó: “La marcha no es del Evo, es del pueblo”. Sin embargo, en cuestión de horas, sus voceros confirmaron que Morales continuaría encabezando la movilización, tras la decisión de los marchistas.

La primera jornada de la marcha se caracterizó por violentos enfrentamientos con personas afines al Gobierno, conocidas como “autoconvocados”, que intentaron bloquear el paso de la columna en Vila Vila. La Defensoría del Pueblo reportó 17 heridos durante estos incidentes. En contraste, el segundo día transcurrió sin conflictos.

En medio de la protesta, algunos sectores del Gobierno y oposición han pedido la detención de Morales, acusándolo de poner en riesgo la democracia y de haber intentado un golpe de Estado. La diputada arcista Deisy Choque y otros opositores han demandado su arresto por “sedición”.

No obstante, el abogado constitucionalista José Luis Santistevan ha señalado que, mientras la marcha no sea violenta, está protegida por la Constitución Política del Estado como una forma legítima de protesta. Según Santistevan, la posible detención de Morales podría intensificar la conflictividad política en lugar de resolverla.

El Ministerio Público ha iniciado dos investigaciones: una por el enfrentamiento en Vila Vila y otra por los bloqueos llevados a cabo por los Ponchos Rojos, que exigen la renuncia del presidente Arce. El fiscal general, Juan Lanchipa, ha asegurado que se investigarán todos los hechos ilícitos que puedan poner en peligro la integridad de las personas.

La manifestación de Morales también plantea demandas sindicales dirigidas al Gobierno, las cuales fueron entregadas el 6 de septiembre. El Gobierno respondió con un documento de 23 páginas, pidiendo al exmandatario cesar sus medidas de presión, que incluyen también bloqueos de caminos a partir de octubre.

Según la analista política Luciana Jáuregui, Bolivia se encuentra en una “agudización de la crisis política” con la renovación de la dirigencia del MAS y la posible candidatura de Morales. Esta lucha ha desencadenado una polarización que afecta tanto al MAS como al presidente Arce, llevando a un debilitamiento mutuo. Jáuregui sugiere que el país podría estar acercándose a una “muerte cruzada” de los líderes del MAS, donde ninguno de los dos logre la habilitación para las elecciones o prevalezca en ellas.

La marcha de Evo Morales continúa en medio de crecientes tensiones y bloqueos, con el exmandatario reafirmando su liderazgo a pesar de las presiones para su detención. El contexto de la protesta refleja una crisis política profunda en Bolivia, exacerbada por enfrentamientos, demandas sindicales y la posibilidad de una confrontación prolongada entre los líderes del MAS y el Gobierno actual. La situación sigue evolucionando, mientras el país enfrenta un periodo de alta incertidumbre política.