
Protestas en Los Ángeles desafían su estatus como ciudad santuario
Los enfrentamientos ocurrieron tras redadas migratorias, dejando decenas de detenidos.

Pese a ser una de las ciudades santuario más emblemáticas de Estados Unidos, Los Ángeles vivió un fin de semana marcado por intensas protestas en rechazo a los recientes operativos migratorios realizados por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE). Las manifestaciones, inicialmente pacíficas, se tornaron violentas cerca del Centro de Detención Metropolitano, con enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden que derivaron en al menos 27 personas arrestadas.
El Departamento de Policía de Los Ángeles declaró el área como "zona de reunión ilegal", lo que intensificó el despliegue de agentes, vehículos blindados y presencia de la Guardia Nacional. Aunque la mayoría de los manifestantes se ha dispersado, la vigilancia en la zona continúa. Entre los incidentes registrados se incluyen el lanzamiento de una bomba molotov contra un oficial y la destrucción de propiedad pública, incluidas patrullas, autos y muros cubiertos de grafitis.
Estas protestas se producen en un contexto especialmente sensible: Los Ángeles forma parte de una extensa red de "ciudades santuario", que adoptan políticas locales para limitar la cooperación con las autoridades federales de inmigración. Esta postura busca ofrecer cierta protección a los inmigrantes indocumentados, evitando detenciones por parte de ICE cuando no existen órdenes judiciales de por medio. No obstante, la reciente ola de operativos migratorios parece haber desafiado directamente este principio, provocando indignación y movilización en las calles.
En su conferencia matutina, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su preocupación por la seguridad de la comunidad mexicana en Estados Unidos y condenó tanto las redadas como los actos violentos durante las protestas. “Nuestros consulados ya están brindando asesoría legal y protección a los connacionales detenidos”, afirmó. Sheinbaum también pidió a la comunidad actuar de forma pacífica, y recordó que la migración debe abordarse desde un enfoque humano y de corresponsabilidad regional.
El concepto de ciudad santuario ha sido motivo de debate en Estados Unidos desde hace años. Estas jurisdicciones —más de 60 en California, incluyendo a Los Ángeles, San Francisco y San Diego— priorizan la protección de los derechos humanos de los migrantes, incluso a costa de posibles sanciones federales. Sin embargo, las redadas recientes y la reacción de las fuerzas del orden reflejan las tensiones entre políticas locales inclusivas y medidas federales más severas.
La historia de protestas en Los Ángeles (desde las huelgas estudiantiles de 1968 hasta el movimiento Black Lives Matter) muestra que la ciudad tiene una larga tradición de alzar la voz ante la injusticia. Hoy, esa voz se alza nuevamente, cuestionando si el compromiso de ser un refugio para los migrantes se sostiene ante la creciente presión de las políticas migratorias federales.
