Alemania replantea intensificar sus políticas de acogida migratoria
Ante el creciente flujo de refugiados, Alemania se ve inmersa en intensos debates sobre la capacidad del país y la necesidad de limitar el derecho de asilo
Alemania se encuentra inmersa en un crucial proceso electoral interno en varios estados federados, pero la preocupación de los alcaldes se ha intensificado al lidiar con la creciente llegada de refugiados, generando un agudo debate sobre la política migratoria en el país.
El tono del debate adquiere tintes alarmantes, con líderes destacados como el canciller Olaf Scholz y el presidente Frank-Walter Steinmeier expresando que se ha alcanzado el límite de la capacidad para afrontar la situación actual. Incluso el vicecanciller Robert Habeck, plantea la necesidad de tomar decisiones moralmente difíciles para proteger el derecho de asilo.
El llamado a reconsiderar la atractividad de Europa para los refugiados resurge en la corriente política predominante de ultraderecha. El expresidente Joachim Gauck aboga por descubrir márgenes de acción que, aunque antipáticos al principio, podrían ser inhumanos, sugiriendo la implementación de estrategias de limitación, inspirándose en el modelo danés.
En Dinamarca, conocido por su política migratoria restrictiva, la aplicación de duros recortes en beneficios sociales para migrantes busca disuadir su llegada. Sin embargo, expertos como Judit Kohlenberger alertan que esta medida puede generar consecuencias adversas, como el aumento de la delincuencia y la disminución del éxito en la formación de los migrantes.
El debate sobre la posibilidad de trasladar procedimientos de asilo a terceros países, como Ruanda, también toma relevancia en Alemania. La propuesta, inspirada en el modelo australiano, plantea que los refugiados tienen derecho a protección, pero no a elegir su destino.
Mientras se discute la efectividad de las deportaciones más rigurosas, la falta de un sistema eficiente de distribución de responsabilidades y costos de migración en la Unión Europea agrega complejidad a la situación, generando una competencia descendente entre países por la peor oferta para los migrantes. En este contexto, los expertos resaltan la necesidad de una estrategia escalonada que considere la base jurídica internacional, de la UE y de la Constitución alemana.