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Nueva cultura escolar pospandemia
De acuerdo a un informe de 2021, menos del 10% de los países tienen leyes que ayuden a garantizar la plena inclusión digital en sus sistemas educativos.
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Cuando estalló la pandemia las instituciones educativas en todo el mundo tuvieron que migrar a un entorno puramente virtual, vislumbrando con ello la realidad de la brecha digital en las regiones y naciones más pobres, pues las dificultades de adaptación fueron mucho menores en aquellos países cuyos modelos educativos comprenden ya, la transformación digital.
Según cifras de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO), el 40% de los países más pobres no proporcionaron apoyo a los "estudiantes en riesgo de exclusión" durante el COVID-19. Desde mediados de 2020, más de 1200 millones de estudiantes de todos los niveles de enseñanza, en todo el mundo, habían dejado de tener clases presenciales en la escuela, de los cuáles más de 160 millones eran estudiantes de América Latina y el Caribe.
Como consecuencia de lo anterior, instituciones educativas a nivel global han asumido desafíos que demandan, en conjunto con sus docentes y estudiantes, competencias y aprendizajes que les permitan avanzar hacia la llamada innovación educativa, que conlleva una nueva cultura escolar.
Hoy, por ejemplo, las competencias tecnológicas son ya una habilidad necesaria de los estudiantes para aprender, por lo que resulta indiscutible para el profesorado asistir a espacios de actualización que les permitan conocer diferentes herramientas para optimizar su labor.
Impulsar la equidad en la innovación educativa en las regiones y naciones más pobres, a la par de fomentar la nueva cultura escolar en las generaciones posteriores a la emergencia sanitaria, contribuirá a mejorar la calidad de la enseñanza y del aprendizaje a nivel global, facilitando así la adquisición de conocimientos y el interés de los estudiantes.