Emergencia: ¿cómo la simplicidad da lugar a la complejidad en el universo?
¿Cómo millones de moléculas y simples unidades dan lugar a estructuras complejas y propiedades únicas en la vida?
Individualmente, una hormiga no es lo suficientemente capaz para hacerse "notar" dentro de un entorno con otras especies, es por ello que, las hormigas son conocidas por su comportamiento en grupo, pero ¿cómo es posible que un conjunto de insectos aparentemente tontos pueda actuar como una sola entidad inteligente? La respuesta está en la emergencia, una propiedad misteriosa y fascinante presente en todo el universo.
La emergencia va de cosas pequeñas que hacen cosas mayores con propiedades distintas a la suma de sus partes, a su vez, es la complejidad que surge de la simplicidad. El agua tiene propiedades distintas a las moléculas que la forman y la humedad es una propiedad emergente creada por muchas interacciones entre las moléculas. Analizando una tela mojada, se puede observar moléculas de agua alojadas en los espacios entre los átomos de la tela. Siendo la humedad una característica emergente del agua, que se forma mediante la interacción de muchas moléculas individuales. Este proceso sigue cierta regla que origina algo superior y diferente a ello. Como resultado es que "más" es diferente y puede unirse a otras cosas nuevas y repetir el proceso.
Agregando el anterior concepto a la formación de una colonia de hormigas, sabemos que individualmente no son muy inteligentes, y al trabajar juntas bajo un conjunto de normas, generan orden dentro del caos. Por ejemplo, la distribución del trabajo en una colonia de hormigas se basa en químicos que secretan constantemente. Las hormigas se comunican entre ellas mediante olores, lo que permite a la colonia autoequilibrarse ante cambios en su entorno.
Ahora, pasemos a un siguiente nivel, donde millones de moléculas complejas dan origen a una estructura sólida y fabulosa de la que emerge un ser vivo con propiedades muy distintas a la suma de todo lo inanimado. Mediante la cooperación y especialización de células, se forman organismos complejos con capacidades notables, como nuestros propios cuerpos. No obstante, ¿cómo saben las células qué hacer? Pues, intercambiando información con sus vecinas para saber qué están haciendo y decidir qué hacer, a través de la sincronización la célula realizará un mismo trabajo, sin necesidad de dar órdenes.
Esta misma dinámica emergente también se puede observar en las colonias de hormigas y, de hecho, en las naciones. ¿Qué es una nación, sino una entidad compleja que surge de la interacción de muchos seres humanos? Aunque no tenga cara, cerebro ni cuerpo, una nación interactúa con el mundo y tiene el poder de cambiar paisajes, iniciar guerras y, en última instancia, dejar de existir.
En efecto, las naciones existen solo porque hay muchos humanos que interactúan entre sí y no solo las naciones. Sino que también, todas las estructuras complejas que nos rodean surgen de nosotros. Indirectamente, creamos comunidades, empresas, ciudades, sociedades. Todas son entidades con propiedades y capacidades muy diferentes a las que alguna vez nuestros antepasados ni se imaginaban que podían crear.
A pesar de que desconocemos el porqué de todo esto. Nos limitamos a observarlo y parece tratarse de una propiedad fundamental del universo. Quizás la más bella y fascinante de todas las que posee.