Ecobags: ¿una solución realmente sostenible o una ilusión ecológica?

La proliferación de bolsas de tela se ha convertido en una tendencia palpable en los hogares. Sin embargo, detrás de esta aparente solución sustentable, se esconde una problemática que cuestiona su verdadera sostenibilidad. A medida que estas bolsas se vuelven omnipresentes en la vida cotidiana, surge la duda de si son realmente una alternativa sustentable o simplemente una ilusión de eco-consciencia.

A esta corriente se han unido no solo los cambios legislativos, como el cobro por bolsas plásticas iniciado en 2018, sino también las estrategias de marketing de diversas marcas e instituciones que utilizan las bolsas de tela como símbolo de "verde" y sostenibilidad.

Sin embargo, un estudio de la Agencia Ambiental del Reino Unido señaló en 2011 que, aunque las bolsas "ecológicas" son más duraderas y reutilizables, su producción implica un mayor impacto ambiental. El cultivo de algodón, principal material de muchas de estas bolsas, conlleva contaminación y desperdicio, especialmente cuando se producen en países como China.

A pesar de la creciente conciencia sobre la moda sostenible, el uso masivo de bolsas de tela, como las populares tote bags, no es tan benigno como se piensa. Aunque se venden en grandes cantidades y con variados diseños, el Ministerio de Medio Ambiente y Alimentación de Dinamarca estima que, para compensar su impacto ambiental, una sola de estas bolsas tendría que ser utilizada diariamente durante más de 50 años.

Ante este panorama, la discusión sobre la verdadera sustentabilidad de las bolsas de tela cobra relevancia. Mientras se exploran alternativas como los biotextiles derivados de la industria alimentaria, las bolsas de tela siguen siendo una opción más amigable con el medio ambiente que las bolsas plásticas de un solo uso, aunque su impacto ambiental merece una consideración más profunda.