El amor sigue un ciclo biológico que dura menos de un año
Según la neurociencia las hormonas y el cerebro dictan el ciclo del amor, mostrando que la fase inicial del enamoramiento tiene fecha de caducidad.
En 1997, el escritor francés Frédéric Beigbeder publicó "El amor dura tres años", una novela de inspiración autobiográfica que explora las fases del enamoramiento y la relación de pareja. Desde una perspectiva neurocientífica, el enamoramiento se asocia con un aumento de hormonas como la noradrenalina y la dopamina, que generan sensaciones de excitación y placer.
Según la neurocientífica Sara Teller, la noradrenalina provoca taquicardia, palpitaciones y aumento de la presión sanguínea, lo que explica la ansiedad y la excitación sexual en las personas enamoradas.
La antropóloga y bióloga Helen Fisher sugiere que, entre 12 y 15 meses después de iniciar el enamoramiento, el "chute" de hormonas decae, permitiendo que el cerebro recupere su actividad normal y ofreciendo una visión más clara de la pareja. Este cambio no necesariamente conduce a la apatía, sino que puede dar paso a un amor más sereno y sostenible.
Para mantener la pasión en una relación a largo plazo, es importante estimular la liberación de oxitocina, la hormona de la confianza y el apego. Actividades como mantener una vida sexual activa, compartir proyectos comunes y reír juntos pueden incrementar los niveles de dopamina y testosterona, esenciales para la atracción y el deseo.
Aunque la fase inicial del enamoramiento puede durar entre 12 y 15 meses, según la neurociencia, es posible mantener una relación amorosa duradera y satisfactoria mediante la comprensión de los procesos biológicos involucrados y la implementación de prácticas que fortalecen el vínculo afectivo.