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Oso polar fallece a causa de la gripe aviar en Alaska

Una nueva amenaza se suma al declive de los osos polares, ya afectados por el cambio climático: la gripe aviar globaliza su impacto, llegando hasta el Ártico.

Oso polar fallece a causa de la gripe aviar en Alaska
Oso polar fallece a causa de la gripe aviar en Alaska

Desde el año 2021, un subtipo del patógeno de la gripe aviar ha desencadenado una propagación sin precedentes, afectando a aves silvestres, aves de corral y más de 40 especies de mamíferos. La Federación de Agricultura y Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) ha emitido advertencias sobre la gravedad de esta situación, que ahora ha cobrado su primera víctima polar.

Los osos polares, símbolos emblemáticos del impacto del cambio climático, se enfrentan ahora a una nueva amenaza: la gripe aviar. En Alaska, el Departamento de Conservación Ambiental confirmó la primera muerte de un oso polar debido a esta infección viral que ha globalizado su alcance, llegando hasta el Ártico y la Antártida.

"Es el primer caso documentado de un oso polar afectado por la gripe aviar", afirmó el veterinario Bob Gerlach del estado de Alaska. El animal, localizado cerca de Utqiagvik, una de las comunidades más septentrionales de Alaska, probablemente se alimentó de aves infectadas.

Este oso polar se convierte en una de las últimas víctimas de una epidemia global de gripe aviar, técnicamente llamada "panzoonosis", debido a su impacto en diversas especies animales. Desde 2021, la gripe aviar ha aumentado a tasas alarmantes, con una alta mortalidad, según alerta la Organización Panamericana de la Salud.


 

El virus H5N1 de la gripe aviar se descubrió en 1996, pero un subtipo reciente del clado 2.3.4.4b ha logrado propagarse por todo el mundo. La propagación ha afectado especialmente a América del Sur, que no había experimentado previamente brotes de gripe aviar.

Aunque la probabilidad de una epidemia humana por la gripe aviar es baja en este momento, algunos casos ya han afectado a personas. El virus ha demostrado mutaciones que le permiten adaptarse a mamíferos, generando preocupación por el riesgo de una nueva pandemia en el futuro.

Expertos, como el veterinario e investigador del Conicet, Pablo Plaza, señalan que el virus ha afectado a más de 45 especies de mamíferos, incluyendo lobos marinos, con graves consecuencias en su sistema nervioso. Ahora, el oso polar se suma a esta lista.

En diciembre, se confirmó la presencia de gripe aviar en un oso polar, catalogado como "vulnerable" en la lista roja de la UICN debido a la pérdida de su hábitat por el deshielo. La preocupación se intensifica, ya que estos animales suelen habitar en lugares remotos, y en Alaska también han muerto otras especies como águilas calvas, zorros y gaviotas tridáctilas por la gripe aviar.

En la Antártida, los primeros casos de H5N1 se detectaron en aves locales, seguidos de la muerte de cientos de elefantes marinos y un aumento de fallecimientos en focas peleteras, gaviotas cocineras y skúas marrones. Los científicos advierten que el virus, altamente contagioso, podría causar uno de los mayores desastres ecológicos si llega a las remotas poblaciones de pingüinos.

La Oficina Regional para América Latina y el Caribe de la FAO ha emitido una fuerte advertencia sobre la falta de control de la gripe aviar, señalando la posibilidad de más problemas en 2024. En una reunión regional en Santiago de Chile, se estimó que la influenza aviar tendrá un impacto igual o mayor al del último año, que resultó en la muerte de 12.5 millones de aves.

Desde los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, se destaca que aunque el riesgo actual para el público es bajo, la prevalencia mundial de la gripe aviar en aves silvestres plantea la posibilidad de infecciones esporádicas continuas en humanos. La comunidad científica sigue alerta ante la evolución rápida del virus y sus consecuencias en los ecosistemas polares especialmente vulnerables.