La erupción del volcán Tonga pudo haber alterado la capa de ozono

Este año, el Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus (CAMS) ha detectado una sorprendente variación en el comportamiento habitual del agujero de ozono antártico. A través de una meticulosa vigilancia, los científicos han resaltado hallazgos que plantean una serie de preguntas científicas.

En primer lugar, la aparición temprana del agujero de ozono este año ha sido un aspecto crítico. Según CAMS, en agosto se evidenció una progresión acelerada, marcando un patrón notablemente diferente en comparación con los últimos 43 años registrados en la base de datos combinada ERA5/CAMS. Además, se destaca la curiosa rapidez en el crecimiento del agujero, observada solo en una docena de ocasiones en las últimas cuatro décadas.

La erupción del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha'apai en enero de 2022 emerge como un actor inesperado que podría estar vinculado a esta alteración en el patrón del agujero de ozono. La inyección sin precedentes de vapor de agua en la estratosfera, aproximadamente 50 millones de toneladas, podría haber intensificado la formación de nubes estratosféricas polares, facilitando reacciones químicas que aceleran la destrucción del ozono.

A pesar de la preocupante magnitud del agujero de ozono este año, no se puede concluir que el Protocolo de Montreal esté fallando. La prohibición de sustancias que agotan el ozono ha sido crucial, y las fluctuaciones en las temperaturas estratosféricas, exacerbadas por el cambio climático global, parecen desempeñar un papel en la prolongación de la vida útil de estos agujeros.

La expansión prematura del agujero de ozono subraya la necesidad de vigilancia continua y una investigación profunda, con la colaboración entre CAMS y otras instituciones como el Alfred-Wegener-Institut. Los datos públicos promueven la comprensión y concienciación sobre este fenómeno crucial que protege la vida en la Tierra filtrando la radiación ultravioleta del Sol.