La salud mental en jóvenes empeoró debido a la pandemia
1 de cada 4 personas en el mundo sufrirá a lo largo de su vida algún problema de salud mental (OMS).
La salud mental está relacionada con nuestro bienestar emocional, psicológico y social. Es decir, la manera en que manejamos nuestros pensamientos, sentimientos y acciones, la cual procuramos que sea siempre positiva.
Sin embargo, la pandemia por COVID-19 irrumpió la tranquilidad de muchos. El aislamiento social, el miedo a infectarse, la incapacidad para laborar y el duelo por la muerte de algún ser querido, fueron los factores que incrementaron los niveles de ansiedad y depresión, sobre todo en jóvenes.
De acuerdo a un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia de casos por depresión y ansiedad durante el primer año de pandemia aumentó en un 25%, siendo los jóvenes los más vulnerables a desarrollar conductas autolesivas o suicidas.
Asimismo, este problema se vio agravado por la larga interrupción de los servicios presenciales destinados a la atención de pacientes con patologías mentales y neurológicas, producto de la pandemia. Además que para muchos, las alternativas de apoyo psicológico y terapéutico en línea todavía son un desafío.
Tema Tabú
Hablar de salud mental para algunas personas es un tema de poca importancia y para otras, es algo vergonzoso. Debido a los prejuicios e ideas erróneas que aún giran en torno a este tema, muchas personas con enfermedades o trastornos mentales prefieren callar y ocultar su condición.
No obstante, sufrir de estrés, ansiedad o depresión son problemas cada vez más comunes en la población, ya que pueden presentarse en cualquier momento de nuestra existencia. Al respecto, la OMS advierte que 1 de cada 4 personas en el mundo sufrirá a lo largo de su vida algún problema de salud mental.
“En ciertas partes de Europa y Norteamérica es algo más aceptado. Incluso en la etapa escolar los niños tienen sesiones regulares con psicólogos o con personas relacionadas a la salud mental. Aquí, en Latinoamérica, todavía estamos con temor y vergüenza de aceptar que a veces podemos necesitar la ayuda externa de un profesional”, señala Sergio Barrientos, coach y mentor peruano.
La invisibilidad de este tema en gran parte se debe a la falta de conocimiento sobre la misma, por lo que hablar sobre ello en las escuelas es de suma importancia para que todos podamos aprender a manejar mejor nuestros pensamientos, emociones y acciones.
“Aunque la pandemia ha servido para aumentar el interés por la salud mental, también ha puesto de manifiesto la histórica falta de inversión en este ámbito. Los países deben actuar urgentemente para garantizar que el apoyo a la salud mental alcance a todos”, puntualizó Dévora Kestel, directora del Departamento de Salud Mental y Consumo de Sustancias de la OMS.
Cuida tu cuerpo y mente
Gozar de una buena salud mental depende también de nosotros mismos, por lo que realizar ciertas acciones en nuestra rutina diaria podría ayudar a reducir nuestros niveles de estrés y ansiedad, para estar más relajados. Aquí te dejamos algunas ideas:
Duerme lo suficiente. Crea el hábito de acostarte y levantarte a una hora prudente todos los días. Un buen horario habitual de sueño y vigilia te hará estar más relajado.
Realiza actividad física. Las distintas actividades físicas y el ejercicio ayuda a reducir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo, según estudios. Salir a correr, practicar danzas o ir al gimnasio pueden ayudarte a sentirte más libre.
Come saludable. La alimentación es clave y mucho tiene que ver con nuestro estado de ánimo. Por lo que es recomendable una alimentación equilibrada, que limite el consumo de comida chatarra y cafeína, ya que estos alimentos pueden agravar el estrés, la ansiedad y causar problemas para dormir.
Evita el alcohol y las drogas ilícitas. Estas sustancias aparte que le hacen daño a tu organismo, no son la mejor salida para enfrentar un problema, ya que empeora la situación y tu capacidad para afrontarla.
Limita el tiempo frente a las pantallas. Apaga los dispositivos electrónicos una hora antes de acostarte, y durante el día trata de pasar menos tiempo frente a una pantalla, ya sea televisión, tableta, computadora o móvil.
Dedícate tiempo. Reserva una parte de tu día a estar solamente contigo. Es decir, dedícate a realizar prácticas personales como respiraciones profundas, yoga, meditación, escuchar música, leer un libro o cualquier actividad que consideres que te ayudará a relajarte.
Otros sectores vulnerables
Así como la salud mental de los jóvenes se ha visto afectada por la pandemia, otros sectores también están sufriendo los estragos de este suceso histórico y mundial. Estamos hablando de niños y adolescentes.
Según Sergio Barrientos, la convivencia y la experiencia de interactuar con otros a temprana edad es necesaria e importante, por lo que después de la pandemia, los niños al no relacionarse durante dos años, podrían desarrollar problemas emocionales tanto en el presente como a futuro.
“Me ha tocado llevar casos de niños y adolescentes que se sentían muy solos y habían entrado en depresión porque ya no podían tener ese contacto al cual estaban acostumbrados. Pues normalmente en la etapa de la niñez o adolescencia, muchos prefieren estar con los amigos. Perder ese vínculo de la nada les afectó”, comenta Sergio Barrientos.
Asimismo, el informe realizado por la OMS, señala que las mujeres son más propensas a desarrollar síntomas de trastornos mentales, al igual que las personas con enfermedades preexistentes, como asma, cáncer o cardiopatías.
Por otro lado, es importante resaltar que el alcohol, las drogas, el exceso de comida y las compras compulsivas son algunas de las actividades a las que recurren frecuentemente las personas para contrarrestar sus problemas emocionales; sin embargo, estas conductas solo empeoran la condición del paciente porque camuflan el problema real.
“Muchas veces uno cree que si alguien tiene un problema de alcohol, drogas o alimenticio, eso es lo que genera el trastorno emocional, pero es a la inversa. Las adicciones normalmente son producto o consecuencias de trastornos que ya son preexistentes en la persona”, finaliza Sergio Barrientos.
En definitiva, es normal tener altibajos emocionales a lo largo de nuestra vida, pero cuando esto se hace constante y llega a afectar nuestro estado de ánimo, se convierte en una alerta para acudir donde un profesional de salud. Para ello, aprender a identificar nuestras emociones y desprendernos de los prejuicios sería el primer paso.