La Mancomunidad de Naciones y la Corona Británica

La Mancomunidad de Naciones (Commonwealth of Nations) es una asociación voluntaria formada por 56 países y más de 2,500 millones de personas. Además de Gran Bretaña, la Reina Isabel era jefa de estado de 14 de las naciones que forman parte de ella, como semi-independientes.

Australia, Canadá, Islas Salomón, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Tuvalu, Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Granada, Jamaica y San Cristóbal y Nieves, consideran al rey o reina en turno como jefe de Estado.

A partir de los cambios generados en la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña acordó con sus dominios, que todas las naciones serían iguales y tendrían como eje la lealtad a la monarquía. De tal forma, en 1931 esto se formalizó con la firma del Estatuto de Westmisnter.

La Mancomunidad ha perdurado durante 70 años, teniendo lazos comerciales e intercambios en otros ámbitos. Sin embargo, Reino Unido tiene más negocios con Bélgica y Luxemburgo que con Canadá y Australia, dos de las mayores economías de este grupo de países.

A diferencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) o la Organización Mundial del Comercio (OMC), la Mancomunidad de Naciones no cuenta con una constitución formal ni estatutos, por lo que sus miembros no tienen obligaciones legales o formales entre sí.

Derivado de la muerte de la Reina Isabel, algunos países semi-independientes se han pronunciado por dejar de pertenecer a la monarquía, presentando iniciativas para tener su propio jefe de Estado.

De forma que, con el debilitamiento de la monarquía, algunas naciones quieren destituir al Rey Carlos III como líder de la Mancomunidad, que representa uno de los ejes que sostiene a la Corona Británica.

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